El equipo de expertos de MUM ha llegado a una conclusión
fundamental a raíz del comentario de Leo desde Asturias. Primero el comentario:
“Claro, claro, un sitio tranquilo y recogido.
Para que no se entere nadie y vayan cuatro gatos.”
Ahora
la reflexión:
Si contamos cuentos en medio de una calle nos verá más
gente, pero será testigo de una actividad degradada. Una sesión con pocas
personas que sale bien hace más afición a las historias que ir de compras y
encontrar a un cuentacuentos en una esquina. Puede que se le oiga pero
difícilmente tendrá lugar la cercanía y el contacto emocional que realmente es
lo que atrapa de la narración.