Puede que
ustedes no se lo crean pero la altura del escenario puede ser un condicionante.
Piénsese en establecer una conversación íntima con una persona que se encuentra
a su lado y con otra que está lejos ¿Con cuál de ellas le resultará más fácil?
Creo que por aquí van los tiros. La narración es cercanía, un acto
eminentemente humano en el que la respuesta quien escucha, aunque está en
silencio, interviene y transforma.
Por lo general un escenario de un metro de altura puede ir resultando ya un
poco alto de más (no es broma) Mejor a ras del suelo o en una pequeña tarima.
Pasamos a la sección de consultas y cartas al director sobre
este tema:
“Tenemos
un escenario multiusos que tiene la altura que tiene y no vamos a ir variando la altura
según sea el caprichito del que nos venga”.
Querido
Capricornio, tienes toda la razón. Si desde esta sección hacemos hincapié en
ello, es para que se sepa. Habrá que adaptarse, habrá que adaptarse. Por
ejemplo, no sería extraño que un narrador ante un escenario muy alto elija
contar desde abajo. Pasamos al mensaje que nos envía Acuario desde Cáceres que
trata también este tema:
“El otro
día nos vino un tío a contar cuentos y para hacerse el original, contó desde
abajo del escenario”.
Querida
Acuario, como decíamos, esta conducta es habitual. Entendemos desde aquí que
pueda parecer que el narrador quiera hacerse el moderno y sorprender por la
posición desde la que cuenta, pero sólo es una persona adaptándose a las
condiciones de trabajo que se encuentra. En estos casos el escenario nos sirve
de decorado. Pero de decorados ya hablaremos.
Terminamos con la frase de Libra,
de Santurce, quien no falta a la verdad cuando dice
“Ahora no os vengáis con
monsergas, que os he visto contar en bares nocturnos, con ruidos y en un
rincón”.
Querida Libra, también es cierto que se hace el amor en los Seat
Seiscientos hasta que se dispone de cama grande.